sábado, 20 de mayo de 2023

cuarto virtual

Un día cansado, una ciudad humeante, un pensamiento un tanto agobiante. Vengo de dar un largo paseo, la cabeza me daba vueltas, me puse una chaqueta y salí fumando un porro, debajo de esta ciudad y viendo  a la gente pasar. Un deseo se apodera de mi y la inspiración vuelve como una estrella titilante, los ojos se me vuelven diamantes y miro con melancólica los vividos recuerdos y un fascinante futuro. De pronto el callejón negro apaga un poco mi luz, pero... yo aceleró el paso y salgo dichosa de ese húmedo lugar, para dar paso a la plenitud. Entonces, decido hacer una parada en la fuente de neptuno, contemplo la vida siendo vida y me mezclo para ser única en la mía. Descanso la mente en el momento, despierto y ando unos cuantos kilomentros. Me cuelgo en el tiempo, el aire comienza a brillar, dejando escarcha en mi ropa, mi cabello de mora azul y en mis cienes late mi banda sonora favorita, la atmósfera me convierte en parte de la vida misma... ahora debo regresar, debo tomar una ducha y descansar. La conexión corporal  se empareja con mi cueva y empiezo a recargar la energía plasma inyectándose a través de mis venas. Contemplo por la ventana el recuentro de mi misma y me siento lacia lacia, una bocina de humo y un trago a la copa de cerezas y siento como me abraza fuerte el amor que me invento y que me creo. 

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